Vuelve a leer el titular de este post. ¿Qué sientes, qué piensas, qué me contestarías? Empecemos por el principio, para las personas que hayáis pensado “si yo no soy líder”, me gustaría extender el concepto de líder. A veces, pensamos que para liderar necesitamos un cargo. Me he encontrado con muchas personas que me dicen “si yo no tengo equipo”.
Lideramos relaciones. Desde ahí podemos liderar relaciones profesionales, personales – ¿cómo lideras en tu casa, a tus hijos, a tu pareja? ¿En tus círculos de amigos? – Y algo muy importante: ¿cómo te lideras a ti mism@? ¿Cómo lideras la relación contigo?
Uno de los mitos que suelo desmontar en mis conferencias y talleres, es que para liderar tenemos que haber nacido con un superpoder especial. Si lideramos relaciones, estamos continuamente liderando, a veces lo hacemos activa y otras pasivamente. A veces, lo hacemos consciente y otras inconscientemente.
Los modelos y patrones de liderazgo que hemos tenido a lo largo de nuestra vida nos habrán impactado en nuestra forma de liderar. Por eso, es tan importante revisar e investigar qué modelos han sido, y cuestionar si me siguen sirviendo o necesito alguna actualización y modificación. Hay un ejercicio que suelo proponer en este sentido, “La Línea de la vida de Liderazgo”.
Consiste en ir hacia detrás en tu vida, e identificar qué personas han influido en tu liderazgo. Los primeros en esa línea, suele ser tu padre, tu madre o figura de referencia. Después irás poco a poco, identificando esos profesores, esos jefes o jefas, compañeros, que has tenido y que te han ido marcado de una u otra manera. Lo importante, es que te preguntes
¿Cómo era su estilo de liderazgo? ¿Cómo me influyó? ¿Qué de eso repito o que me he llevado al otro extremo? Es interesante que lo observes desde la curiosidad. Después, pregúntate, ¿esas influencias me resultan útiles y positivas en estos momentos o necesito/quiero hacer alguna modificación?
Para poder cambiar algo, el primer paso es ser consciente de lo que hay, de lo que quiero cambiar. Por eso, estas cuestiones de auto-conocimiento son esenciales para poder desarrollar nuestros liderazgos.
Algo que también solemos hacer es liderar según nuestras preferencias. Por ejemplo, yo soy una persona muy empática, me gusta que me pregunten, me acompañen, y yo lidero des esa manera.
Pero, ¿liderar siempre de esa manera es efectivo? Introducir otros modelos me puede resultar útil, porque cuando hablamos de liderar hay algo que tenemos que tener en cuenta: la persona/personas y sus necesidades.
Liderar tiene mucho que ver con saber escuchar y comprender qué necesitan las personas. Y eso requiere “salir de nosotros” para “estar en el otro, con el otro”. Aquí entramos en algunas características y habilidades que nos serán muy útiles a la hora de liderar: la escucha, la empatía, la gestión emocional y el auto-conocimiento.
Cuanto más sepa que me pasa, qué me ocurre, qué necesito yo, más podré comprender qué le pasa, qué le ocurre, qué necesitan los demás. Hay una frase que escucho últimamente en las redes, cuando se habla de liderazgo, que me parece interesante “liderar es estar al servicio de…”.
Cómo puedo desarrollar mi liderazgo
Todos podemos liderar, y de hecho, lideramos en diferentes situaciones, personas, momentos, contextos. Lo que pasa que a veces, ese liderazgo no es el que querría o el que me gustaría.
Por eso, para desarrollar un liderazgo más efectivo en los momentos actuales y más acorde y coherente con tu yo actual, es importante:
- Ser consciente de tu forma de liderar actual. Piensa en las diferentes áreas de tu vida y cómo lideras ene ellas, de forma activa o pasiva, qué influencias y modelos tienes,
- Pregúntate si te sirven cómo están o quieres introducir algún cambio. Tal vez sea añadir algo, eliminar o transformar, tal vez en un área y no en otra.
- Piensa en qué pequeños pasos puedes dar para ese cambio. Tal vez sea escuchar más activamente a los demás, ser más empático con algunas personas, comunicar de forma más asertiva o marcar algunos límites.
- Ponte en acción, disfruta del proceso y cuéntame, si te apetece, tus progresos o tus dudas.
