¿Te sientes frustrado porque no avanzas en tus retos y objetivos? Aprende a medir tu progreso

A veces tenemos la sensación de que no estamos avanzando lo suficiente en aquellos objetivos que nos proponemos. 

Empecé a estudiar inglés hace años y sigo igual; ‘Voy al gimnasio desde hace meses y no me noto nada’, ‘Me he propuesto cambiar mis hábitos de alimentación y no avanzo’; ‘Tengo un proyecto empezado desde hace tiempo y va muy despacio’.

Creo que las ‘recetas milagrosas’ no existen. Los cambios significativos de nuestra vida requieren un proceso. Aprender una nueva habilidad y mantenerla – me da igual que sea hablar inglés, que aprender a decir ‘no’, o hacer las cosas de forma más creativa-  necesita practica. 

Partiendo de esta premisa, es importante identificar nuestros progresos en el cambio. En muchas ocasiones, no es que no estemos progresando, sino que no estamos tomando consciencia de ese progreso. ¿Cómo hacerlo? Aprendiendo a medir tus cambios. 

Cuando pensamos en ‘medir’ frecuentemente nos lleva a medir cuantitativamente. Pero, ¿qué pasa con aquello que es cualitativo? ¿Lo tenemos en cuenta? 

Voy a compartir algunas distinciones para que puedas medir tus progresos y avances. Lo voy  a hacer a través de un ejemplo: 

Hace semanas que voy a clase de spinning. El progreso para mí es importante. Notar que estoy avanzando en aquello que hago. Así que comencé a medir cómo voy evolucionando en la bici. 

Puedo medirlo de forma cuantitativa, puedo tener en cuenta: 

–      El número de veces que voy a clase

–      La velocidad a la que consigo llegar con la misma resistencia. 

–      El tiempo que estoy en la bici

–      La resistencia que aumento

–      Frecuencia cardiaca, mis pulsaciones. 

También puedo medir cualitativamente mi progreso: 

–      ¿Estoy involucrada en la clase? Puedo identificar si escucho activamente al profesor y el ritmo de la música. 

–      ¿Estoy presente en la bicicleta? Identifico si estoy sintiendo el movimiento de mis piernas, mi respiración o por el contrario mi foco está en ‘cuando acabe tengo que hacer esa llamada’. 

–      ¿Disfruto? ¿Qué sensación tengo? ¿De esfuerzo? ¿De aburrimiento? 

Como ves, yo he sacado algunos indicadores que me pueden ayudar a medir mi progreso. Para establecer esos indicadores pregúntate ¿qué es importante para mi? Yo le doy valor al disfrute y la conexión con lo que estoy haciendo, por eso he añadido esos indicadores. Para ti, a lo mejor es importante la puntualidad, así que puedes añadir el indicador de ‘a qué hora llego a clase’. 

Cuando te animes a medir tus cambios, ten en cuenta algunas claves: 

1.     Establece tus criterios. Lo importantes es que tú crees tus indicadores y que te sirvan a ti.  

2.     No te compares con otro. Es una de las causas más comunes de infelicidad. 

3.     Evita compararte con otro momento de tu vida. No tendría mucho sentido que me compara con ‘la Vanessa’ que iba en bici a los 18 años. ¿No, crees?

4.     Identifica y actualiza tus estándares. Mi estándar es ir a clase de spinning 2 veces por semana. ¿Quiero y/o necesito aumentarlo? ¿Qué estándar sería posible para mí en este momento? ¿3 veces? En ese caso, estaré en un cambio de desarrollo –  añadir, aumentar- ; Tal vez quiera mantener mi estándar, en ese caso será un cambio de mantenimiento. ¡Y ojo!  A veces el hacer activamente por mantener algo es esencial porque si no, puede pasar que acabes perdiéndolo. Dejo de poner foco en ir 2 veces por semana, y acabo rebajando una vez. 

¿Qué es lo que consigues al medir tus cambios? Feedback real, en lugar de feedback imaginario. Esto te ayudará a tomar consciencia de si estás avanzando cómo quieres – saldrás de tu frustración creada por tu feedback imaginario-; o si no lo estás haciendo, podrás tomar decisiones que te acerquen a tu objetivo. 

He puesto el ejemplo de spinnig–algo sencillo, concreto- para facilitarte la comprensión. Por supuesto, puedes aplicar estas ideas a cualquier tipo de cambio. 

Tenemos muchas más herramientas de las que creemos a nuestra disposición para avanzar hacia dónde queramos, creando nuestra propia manera. ¿Qué tal si empezamos a rescatarlas? 

Por tus progresos!

Vanessa

A veces tenemos la sensación de que no estamos avanzando lo suficiente en aquellos objetivos que nos proponemos. 

Empecé a estudiar inglés hace años y sigo igual; ‘Voy al gimnasio desde hace meses y no me noto nada’, ‘Me he propuesto cambiar mis hábitos de alimentación y no avanzo’; ‘Tengo un proyecto empezado desde hace tiempo y va muy despacio’.

Creo que las ‘recetas milagrosas’ no existen. Los cambios significativos de nuestra vida requieren un proceso. Aprender una nueva habilidad y mantenerla – me da igual que sea hablar inglés, que aprender a decir ‘no’, o hacer las cosas de forma más creativa-  necesita practica. 

Partiendo de esta premisa, es importante identificar nuestros progresos en el cambio. En muchas ocasiones, no es que no estemos progresando, sino que no estamos tomando consciencia de ese progreso. ¿Cómo hacerlo? Aprendiendo a medir tus cambios. 

Cuando pensamos en ‘medir’ frecuentemente nos lleva a medir cuantitativamente. Pero, ¿qué pasa con aquello que es cualitativo? ¿Lo tenemos en cuenta? 

Voy a compartir algunas distinciones para que puedas medir tus progresos y avances. Lo voy  a hacer a través de un ejemplo: 

Hace semanas que voy a clase de spinning. El progreso para mí es importante. Notar que estoy avanzando en aquello que hago. Así que comencé a medir cómo voy evolucionando en la bici. 

Puedo medirlo de forma cuantitativa, puedo tener en cuenta: 

–      El número de veces que voy a clase

–      La velocidad a la que consigo llegar con la misma resistencia. 

–      El tiempo que estoy en la bici

–      La resistencia que aumento

–      Frecuencia cardiaca, mis pulsaciones. 

También puedo medir cualitativamente mi progreso: 

–      ¿Estoy involucrada en la clase? Puedo identificar si escucho activamente al profesor y el ritmo de la música. 

–      ¿Estoy presente en la bicicleta? Identifico si estoy sintiendo el movimiento de mis piernas, mi respiración o por el contrario mi foco está en ‘cuando acabe tengo que hacer esa llamada’. 

–      ¿Disfruto? ¿Qué sensación tengo? ¿De esfuerzo? ¿De aburrimiento? 

Como ves, yo he sacado algunos indicadores que me pueden ayudar a medir mi progreso. Para establecer esos indicadores pregúntate ¿qué es importante para mi? Yo le doy valor al disfrute y la conexión con lo que estoy haciendo, por eso he añadido esos indicadores. Para ti, a lo mejor es importante la puntualidad, así que puedes añadir el indicador de ‘a qué hora llego a clase’. 

Cuando te animes a medir tus cambios, ten en cuenta algunas claves: 

1.     Establece tus criterios. Lo importantes es que tú crees tus indicadores y que te sirvan a ti.  

2.     No te compares con otro. Es una de las causas más comunes de infelicidad. 

3.     Evita compararte con otro momento de tu vida. No tendría mucho sentido que me compara con ‘la Vanessa’ que iba en bici a los 18 años. ¿No, crees?

4.     Identifica y actualiza tus estándares. Mi estándar es ir a clase de spinning 2 veces por semana. ¿Quiero y/o necesito aumentarlo? ¿Qué estándar sería posible para mí en este momento? ¿3 veces? En ese caso, estaré en un cambio de desarrollo –  añadir, aumentar- ; Tal vez quiera mantener mi estándar, en ese caso será un cambio de mantenimiento. ¡Y ojo!  A veces el hacer activamente por mantener algo es esencial porque si no, puede pasar que acabes perdiéndolo. Dejo de poner foco en ir 2 veces por semana, y acabo rebajando una vez. 

¿Qué es lo que consigues al medir tus cambios? Feedback real, en lugar de feedback imaginario. Esto te ayudará a tomar consciencia de si estás avanzando cómo quieres – saldrás de tu frustración creada por tu feedback imaginario-; o si no lo estás haciendo, podrás tomar decisiones que te acerquen a tu objetivo. 

He puesto el ejemplo de spinnig–algo sencillo, concreto- para facilitarte la comprensión. Por supuesto, puedes aplicar estas ideas a cualquier tipo de cambio. 

Tenemos muchas más herramientas de las que creemos a nuestra disposición para avanzar hacia dónde queramos, creando nuestra propia manera. ¿Qué tal si empezamos a rescatarlas? 

Por tus progresos!

Vanessa