¿Y si nos volvemos más humanos que nunca?

En una investigación reciente de la University College of London midieron los corazones de los asistentes a una obra de teatro. Al cabo de un rato comprobaron que los corazones de todos los asistentes estaban sincronizados.

El coronavirus disrumpió nuestras vidas hace unos meses. En mayor o menor medida, todos estamos viviendo cambios en nuestro día a día. Como personas y como organizaciones, hemos vivido un descoloque del que nos estamos recolocando.

Antes del COVID-19 teníamos una imagen de cómo era el Mundo. “Sabíamos” que mañana íbamos a ir a trabajar a nuestra oficina, seguir visitando a nuestros familiares y amigos, yendo a nuestros restaurantes, ciudades o lugares favoritos, ofreciendo nuestros productos y/o servicios… ese era nuestro coloque en el Mundo.

De repente ocurrió algo que no esperábamos y que nos descolocó a muchos niveles. Recibimos un feedback negativo – que no esperábamos- que puede resultar difícil de gestionar. Sobre todo, si no tenemos en cuenta la parte emocional que opera en el proceso.

En el “descoloque”, se nos mueven certezas importantes, nos “tambaleamos”. Empezamos a cuestionarnos muchos de los supuestos que hasta entonces eran válidos. Este proceso, cuestionar los paradigmas establecidos, en innovación es tremendamente útil, porque nos abre a nuevas oportunidades.

El problema viene en que en los momentos de incertidumbre, nos solemos sentir perdidos, desequilibrados, inseguros y frustrados. Una de las razones por la que sucede esto es porque asociamos nuestra valía e identidad a “lo que sabemos”. Si dejamos de “saberlo” , ¿ya no valemos tanto?

Otro cuestión a tener en cuenta es gestionar las pérdidas. En ese proceso de cuestionamiento, perderemos algunas ideas, información “vieja”. Es momento de agradecer para que nos ha servido – gracias a ello estamos hoy aquí- y abrirnos a los nuevos “insights” con una mirada curiosa. Empezar a pensar: ¿Qué soy capaz de saber? ¿Qué soy capaz de crear a partir de ahora?

Desde ahí, podremos empezar a crear nuevos modelos, incluso más más evolucionados.

En este momento, como personas y como organizaciones estamos viviendo estos procesos que implican el descoloque- recoloque. Algunos estaremos en una fase u en otra, dependiendo de nuestras herramientas, experiencias…

Como líderes es importante que tengamos en cuenta este lado “humano” y que aprendamos a escuchar dónde están las personas y los equipos de nuestra organización para poder acompañar a transitar el proceso. Si no, corremos el riesgo de quedarnos bloqueados en el descoloque y no aprovechar estos momentos para desarrollarnos como personas, como organizaciones y como sociedad.

¿Qué podemos hacer?

  • Aprender a vivir en la incertidumbre del “no saber” desarrollando una mirada curiosa y poniendo foco en nuestros recursos. Es momento de bucear en ellos y crear otros nuevos. Y facilitar que las personas de nuestra organización desarrollen esas actitudes y habilidades para gestionar los cambios.
  • Liderar nuestros procesos emocionales. Si no somos capaces de auto-liderarnos, difícilmente podremos liderar y seguir a otras personas y relaciones.
  • Crear nuevas oportunidades. Escuchar las necesidades de las personas -de nuestros clientes, equipos- que seguramente hayan cambiado. Utilizar y potenciar nuestra creatividad , esa cualidad innata que todos tenemos para generar soluciones.
  • Crear juntos – con diferentes miradas y perspectivas- nuevos modelos más evolucionados: una mejor versión de nosotros mismos, de nuestras organizaciones y de nuestras sociedades.
  • Y no perder lo humano. Que esto, ante todo va de personas.

Vanessa Carrera